marihuana el tabaco negro del diablo - mota comix cine

La intención de la película Reefer Madness era inspirar miedo hacia la cannabis entre los jóvenes y padres de familia. Pero, en lugar de eso, se volvió una película de culto. Más tarde, a este género se le conoció como ¨exploitation¨, por que se aprovecha de un tema o problemática social. Busca la explotación de un hecho real, que es representado de la manera más extrema posible para generar shock.
La primera película de este género fue ¨MONDO Cane” (Perro mundo). Un ¨documental¨ italiano que viajaba por todo el mundo en busca de prácticas ¨exóticas¨ y con la excusa de una investigación sociológica. En este filme aparecen los caníbales en las islas marquesas de la Polinesia, así como otras prácticas de diversas culturas en todo el planeta, consideradas como tabú. El género MONDO o Exploitation, se refiere a la exageración efectista, un ejemplo de esto son los carteles de las películas antidrogas. En varios se alude a la relación de la marihuana con el diablo, la perdición, la locura y otras “degeneraciones”, que no son del todo ciertas. Los medios masivos (periódicos, cómics, películas, música) tenían fines propagandísticos, en los que se relacionaba a la mota con los efectos de la cocaína o la adicción de la heroína, más que con los efectos reales de la planta.
En los años 30 del siglo pasado, Randolph Hearst, el magnate de los medios impresos en USA, tenía interés personal y financiero en contra del cáñamo, ya que quería tener el monopolio del papel. Como había comprado varias hectáreas para hacer papel pulpa de madera, el cáñamo era una amenaza real a su negocio, especialmente porque recientemente se había inventado una desfibriladora que permitía deshilar la fibra del tronco del cáñamo/cannabis, para así obtener papel. Esto aunado a la campaña prohibicionista difundida por Harry Anslinger, el famoso “zar antidrogas norteamericano”, quien además era amigo de Dupont, dueño de la marca de pinturas y que recientemente descubierto textil sintético poliéster. En este contexto,
Aparte Anslinger buscaba un nuevo chivo expiatorio. Después de culpar a las historietas del crimen, la marihuana le dio la justificación para revisar ¨aleatoriamente¨ selectivamente a mexicanos y negros, poblaciones que consumían la yerba. El cine era el medio perfecto para crear un pánico moral: la amenaza verde.

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