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Por Héctor Joel Anaya

En el ensayo El paraíso, el sentido del gusto y la razón, del filósofo, historiador y periodista alemán Wolfgang Shivelbusch, realiza un recorrido por la historia cultural del uso de: intoxicantes, estimulantes y especias. Como primera anotación, señala que este tipo de sustancias han sido parte del desarrollo del mundo occidental y que principalmente son alimentos, bebidas, remedios y venenos.

Shivelbusch anota, que el uso de especias en Europa se extendió entre las noblezas burguesas debido a que eran sustancias exóticas las cuales provenían de lugares lejanos y contraían una reputación de lujo oriental y respeto por los invitados o comensales. Así,el uso de pimienta, canela o jengibre  en las recetas del medioevo, mezclado con la tradición centenaria del uso de cerveza y vino como bebida, los convites medievales de las aristocracias eran festines llenos de lujo y formadores de cultura que poco a poco las clases medias comenzaron a reproducir. 

Este deseo por mercancías y necesidad por incluirlas en la mesa y en los banquetes fomentaron tanto el desarrollo de una economía como innovaciones en la tecnología. Tan solo pensemos, que el llamado “error providencial” en la ruta de Cristóbal Colón obedecía a la necesidad de identificar nuevas rutas para el aprovisionamiento de este tipo de sustancias.Shivelbusch sin temor a equivocarse asegura que, estas  especias y estimulantes fueron el motor del desarrollo tanto como siglos después lo sería el petróleo. 

En este orden de ideas, un estimulante protagonizaría un gusto occidental por las bebidas no alcohólicas, a mediados del siglo XVI un viajero señaló que los orientales sobre todo Turcos y Árabes bebían un líquido negro en las mañanas y por las tardes, era utilizado también como remedio estomacal, y se compartía su uso de modo social en las plazas y en las calles. Esta bebida de gran uso extendido en medio oriente era quizá un sustituto intoxicante ante la prohibición cultural árabe islámica del uso de alcohol.

Al globalizarse su comercio, para el siglo XVII, la aristocracia desarrolló un gusto por  esta bebida la cual fue identificada como un sinónimo de eficiencia y negocios, con estos pequeños ejemplos introductorios, podemos identificar que existe una multiplicidad de opciones interpretativas respecto a la historia de los estimulantes y de algunas de las llamadas drogas. 

El éxito del café durante su expansión dentro de la cultura burguesa y dentro de la aristocracia presentaba una dinámica de virtudes respecto a los efectos psicológicos, en contraste a las bebidas alcohólicas, diseminándose entonces su consumo también entre lasnuevas clases medias las que escenificaron el ideal burgués de las ciudades y en la configuración de lapróxima identidad protestante y anglicana de la sobriedad la cual dominó un espectro político y es quizá, en la esta construcción posterior de una ética moral y una identidad que los movimientos de temperancia, lograron diseminar desarrolló un pánico moral hacia el uso de ciertas sustancias.

Y concluiría, de este universo, las drogas son positivas, si sabes usarlas, las llamadas drogas o sustancias psicoactivas son un cúmulo de sustancias que abarcan desde estimulantes como el chocolate, pasando por bebidas como el alcohol y el café, e incluso narcóticos como los analgésicos, estimulantescomo el maté o la cocaína.

Un gran problema respecto a las sustancias psicoactivas radica en la demonización y estereotipación de su uso, mientras que el alcohol una sustancia de alto impacto tanto por su penetración cultural como por el empuje económico que tiene su industria, es aceptada comercialmente, pero en oposición hay un discurso discriminatorio y sufriente del usuario problemático.

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