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La cactácea Lophophora williamssi, mejor conocida como peyote, además de sus propiedades psicoactivas tiene una gran variedad de usos terapéuticos. Desde tiempos prehispánicos esta planta fue usada para aliviar dolores o curar heridas mediante su aplicación tópica. Además, con los efectos provocados por su ingesta los curanderos podían conocer la causa de las enfermedades.
Durante el periodo colonial el peyote fue prohibido por la Inquisición y perseguido por los frailes y extirpadores de idolatrías que buscaban evangelizar a la población indígena. Aún así se preservaron varios de sus usos y los mismos cronistas mencionaron que “usada con moderación o templanza” podía ser medicinal. Sobretodo los usos en por vía tópica y la recomendaron para enfermedades como la gota, tullimientos o hinchazones.
Posteriormente, con la llegada de la modernidad, científicos del siglo XIX y principios del XX recopilaron algunos usos tradicionales, como: la aplicación contra mordeduras de serpientes, quemaduras, heridas, reumatismo. Además, mediante experimentación con los extractos de la planta constataron su acción sobre el aparato nervioso, circulatorio y cardiovascular, por lo que se recomendó una dosis de tintura de 13 a 30 gotas al día como tónico cardíaco.
Asimismo, la Farmacopea Latinoamericana, publicada en 1921 recomendó tomar dos cucharadas de tintura para aumentar la presión arterial y se dijo que la “peyotina” aplicada mediante inyecciones hipodérmicas era útil como calmante en casos de locura.
Actualmente las aplicaciones tópicas de pomadas con peyote sigue siendo común en la medicina indígena y popular para curar dolores o hinchazones, entre otras aplicaciones. Sin embargo, esta es otra de las plantas en las que la prohibición de las drogas ha mermado su investigación científica y por tanto aún quedan múltiples aplicaciones por descubrir del fantástico peyote.
Nidia Olvera
@nidotzin
Foto 1: Trasplante de peyote. Foto Nidia Olvera
Foto 2: Hikuri en Wirikuta. Foto Nidia Olvera
Imagen: Peyotes, Carl Lumholtz, El México Desconocido, 1904
